Quiero vivir dos veces...!
Espero tu presencia y espero tu ausencia,
espero tu voz y tu silencio,
espero tu recuerdo y tu olvido,
simplemente estés o no estés...
te espero...!
11 comentarios:
Anónimo
dijo...
como envidio a tu compañero!!! (ofrezco disculpas si ofendo, no es mi intensión)
Me he quedado sin versos para ti. Han muerto las golondrinas en mi jardín. He visto agonizar el amor, cuando la tristeza marcaba sus pasos desde mi balcón, cuando el amanecer acariciaba mi sonrisa a medio nacer. El gris de tu silencio se mezcla con el desierto que hay en mis palabras. Callo, sueño, no te veo arañando en mis secretos, y tengo miedo. Miedo que no se deja expresar, miedo que se adormece en la soledad que ha dejado tu nombre al despertar.
11 comentarios:
como envidio a tu compañero!!! (ofrezco disculpas si ofendo, no es mi intensión)
Hola reltih!
No ofendes, al contrario, agradezco tus comentarios, siempre es un gusto recibirte.
Un beso.
Que lindo lo decís querida amiga, tus versos enamoran..
Un beso
Un abrazo
Saludos fraternos..
y yo creo que me canso de esperar, pero bueno supongo que hay varios tipos de espera y que algunas realmente merecen la pena :)
Hola Adolfo!
Enamoran porque enamorada estoy, gracias por visitarme.
Un beso.
Hola Coraline!
Muy cierto hay esperas que merecen la pena, algunas veces es mejor pasar al olvido.
Saluditos.
Pero dos veces
y más
recibirás
todo el amor que mereces...
Paz&Amor
Isaac
Hola Isaac!
Muchas gracias por tus buenos deseos, así sea.
Saludos.
Me gusta el sitio...
y el poema, breve pero intenso, dice mucho en tan poco espacio...
La sigo. Un abrazo
Hola Juan Antonio!
Bienvenido y gracias por tu comentario.
Saludos.
Me he quedado sin versos para ti. Han muerto las golondrinas en mi jardín. He visto agonizar el amor, cuando la tristeza marcaba sus pasos desde mi balcón, cuando el amanecer acariciaba mi sonrisa a medio nacer.
El gris de tu silencio se mezcla con el desierto que hay en mis palabras. Callo, sueño, no te veo arañando en mis secretos, y tengo miedo. Miedo que no se deja expresar, miedo que se adormece en la soledad que ha dejado tu nombre al despertar.
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